Semana sí semana no, los jugadores del Gimnàstic de Tarragona
pasaron el año dos mil trece acostumbrándose a terminar
los partidos con el caucho del césped
artificial en las botas y olvidándose del olor al césped
recién regado, dejando atrás los grandes y curtidos en mil batallas
estadios de toda la geografía española y sustituyéndolos por
pequeños, humildes y acogedores campos del territorio de habla
catalana donde el equipo visitante necesita sangre y sudor para -sólo
en algunas ocasiones- sentirse cómodo.
El efecto del mercado invernal
Los años se comienzan con
propósitos positivos y sobretodo, ganas de ir a mejor. “Año
nuevo, vida nueva”, se suelen decir a sí mismos los más
optimistas. Y el fútbol no es menos. El mercado de
invierno en muchas ocasiones
pasa desapercibido para aquellos equipos en que todo va viento en
popa, pero para los conjuntos que han sufrido durante la primera
ronda del campeonato es esencial. La directiva del Nàstic dio salida
a un importante número de jugadores con la intención de refrescar
la plantilla y así acercarse a los puestos de playoffs
que
tan lejos quedaban. Seis hombres dejaron la disciplina grana durante
las fiestas navideñas: Joseba Arriaga,
Rodri,
Jon Uriarte,
Calderón
con rumbo a Cádiz, Dani Quintana
se marchó a tierras polacas y Eloy Gila
triunfa en Llagostera desde entonces.
Las
incorporaciones fueron menos, concretamente cuatro, pero se
encargaron dieron una bocanada de aire frío en el vestuario y
revolucionaron al equipo. Estos cuatro fichajes fueron: Jesús
Perera,
procedente del Atlético Baleares, Javi
Martínez
del Orihuela, Arnau Tobella
del Sant Andreu y la cesión hasta el final de temporada de Marc
Martínez
por parte del Huesca. Las incorporaciones, que se hicieron
rápidamente un hueco en el once titular, tardaron en verse en el Nou
Estadi -aunque después jugaron tres jornadas seguidas allí (0-0
ante el Orihuela, 4-0 ante el Espanyol B y 5-1 ante el Villarreal B)
porque tras el parón navideño jugaron dos jornadas consecutivas
como visitantes (0-0 en El Collao y 1-3 en Paterna). Tras estas
grandes sensaciones ante los dos filiales, el Nàstic y su afición
pusieron rumbo al Camp del Centenari de Badalona en busca de la
tercera victoria consecutiva, pero no lo consiguieron (2-2) y una
semana después la racha positiva parecía haberse acabado (1-2 ante
L'Hospitalet). Lo que nadie sabía es que aquello sólo había sido
un adelanto de lo que iba a ocurrir.
Binissalem, Mallorca B, Atlético Baleares, Levante B, Yeclano, Prat, Reus Deportiu y Sant Andreu fueron los ocho equipos que no pudieron hacer nada ante el ciclón en que se convirtió el equipo tarraconense tras una dolorosa derrota ante L'Hospitalet que sirvió para darle alas a los hombres, por aquel entonces, entrenador por Javi Salamero. Hacía cuatro años que los tarraconenses no conseguían encadenar tres victorias consecutivas, quedándose siempre a las puertas de hacerlo. Pero en esta ocasión fue diferente: la fortuna que siempre le faltaban a los granas, comenzó a llegar durante estas jornadas -véanse penaltis que decidieron encuentros-.
Aquellos
partidos que acababan moribundos de goles pasaron a ser decidios por
jugadas en las que la fortuna sonreía a los de Tarragona, aquellas
jugadas en las que el esférico se marchaba rozando el palo, en estas
ocho semanas gloriosas para el Gimnàstic se colaban por la línea de
gol. “Dinámica
positiva”
fueron las palabras más usadas en los aledaños del Nou Estadi para
definir el estadio de gracia en el que se sumergió el equipo y que
alimentaba con sus propias victorias. Fue un inmejorable
mes de marzo
gracias al cual se revivió la ilusión
por el ascenso
que se había perdido a inicios de temporada. Ocho jornadas que
sirvieron para cubrir con un tupido velo la horrenda primera vuelta y
poner rumbo a los playoffs
de ascenso, que semana tras semana quedaban más cerca.
En
la trigésimo séptima jornada el Gimnàstic visitó el siempre
complicado
Municipal de Llagostera,
arropado por medio millar de aficionados que se desplazaron hasta las
comarcas gerundenses, con la intención
de hacer historia,
ya que el máximo de victorias consecutivas de toda la historia grana
eran ocho y los de Salamero iban en busca de la novena para dormir en
la cuarta plaza. Pero todo lo que sube baja, y el Gimnàstic bajó de
las nubes el sábado 14
de abril,
en una tarde negra.
Los tarraconenses no rindieron como lo habían hecho semanas atrás y
un más que discutible arbitraje fueron los ingredientes perfectos
para que Enric Pi
despertase al Nàstic del sueño
desde el punto de penalti.
Las
últimas cinco
jornadas
-con una media de 0'6 p/j- fueron para
olvidar.
Toda la euforia del mes de marzo se convirtió en decepción por
haber dejado escapar una oportunidad histórica para ascender
habiendo hecho una segunda ronda de lujo. Se aprovecharon de este
estado desolador equipos de la zona baja que buscaban la permanencia
cuando los tarraconenses aún tenían remotas opciones de ascenso
(1-3 ante el Constància y 1-1 en Ontinyent) y conjuntos que luchaban
por los primeros puestos (2-2 ante el Olímpic, 2-0 en Manises y 1-1
ante el Alcoyano). De este modo, la temporada 12/13 terminó como la
anterior, con los más fieles explicándoles a amigos y conocidos
cómo tenían fuerzas de ir al estadio cuando las matemáticas eran
crueles.
Otro proyecto sin resultados
Lavado
de cara considerable el que sufrió el vestuario grana durante el
verano. Uno tras otro, trece
jugadores dejaron la disciplina tarraconense
y una docena se
incorporaron a ella. Se
marcharon: Mairata, Eugeni, Virgili, Aarón Bueno, Perico, Bezares,
Tobella, Ñoño, De Lerma, David Haro, Joel Coch, Sergio y Marc
Martínez terminó su cesión mientras que Rubén Pérez se quedó
sin ficha. Sus puestos los ocuparon Verdú, Xavi Molina, Giner,
Rocha, Beñat, Reina, Juanjo, Querol, Lago Júnior, David Sánchez,
Jesús Rubio y Pablo Marí. El cambio, probablemente, más importante
se dio en la banqueta, donde la directiva cesó a Javi
Salamero y Jesús
Mari Serrano para dar
entrada pocos días después al hasta entonces equipo técnico del
eterno rival, el Reus Deportiu, Santi
Castillejo como
entrenador, acompañado por Javi
García, Miquel
Aguza y el ya vinculado
con el Nàstic Adolfo
Baines.
El
proyecto
era ambicioso,
debía serlo para cumplir con el que era -y sigue siendo- el objetivo
del equipo para la temporada 13/14, luchar
por la primera posición.
Para entrar en la pugna por el liderato -véanse las temporadas de
Llagostera o Atlético Baeleares- el margen de error es mínimo. El
estreno ante su afición de nuevo ilusionada y con él la primera
jornada de temporada comenzó con mal pie para los granas contra otro
equipo candidato a los puestos de playoffs de
ascenso (1-2 ante el Lleida Esportiu). Pese a que después
consiguieron encadenar dos victorias consecutivas en competición
liguera, la racha no duró demasiado más y los de Tarragona cayeron
en una debacle de empates y derrotas maquilladas con alguna victoria
aislada, en resumen, números insuficientes para pasar de la zona
media.
Se
comenzaba a rumorear una posible
destitución de Castillejo,
porque este es un equipo que necesita resultados rápidos. La afición
grana estaba y -parece- estará siempre dividida entre los
partidarios de crear un proyecto con sólidas bases que dé sus
frutos al cabo de meses y que sirva para asentar a un entrenador en
el banquillo local del Nou Estadi y los que prefieren ver desfilar
hombres por esta plaza por miedo a que la reacción llegue cuando ya
sea demasiado tarde. Una derrota en el campo del colista (2-0 en el
Camp del Centenari) obligó a la directiva grana a optar por la
segunda opción, antes de que el fuego de las plazas de descenso a
Tercera comenzasen a quemar a jugadores y afición. Con el derbi
tarraconense a la vuelta de la esquina, el lunes
4 de noviembre -recién
terminada la décimo segunda jornada- el Consejo de Administración
anunció el cese de Santi
Castillejo como míster
del Gimnàstic.
Moreno sigue invicto en liga
En la
misma nota informativa en que el servicio de prensa del club
informaba de la destitución de Castillejo, se daba a conocer el
nombre de su substituto, el masanasero Vicente
Moreno. Con la única
experiencia como entrenador en el Xerez CD, el ex jugador del mismo
equipo andaluz había salvado a los azules del descenso a la Segunda
B, por lo que parecía cumplir el modelo de hombre que se buscaba en
la secretaría técnica.
Este año, después de muchas temporadas, el equipo del Tarragonès volvió a decir la suya en la Copa del Rey. En las últimas campañas la competición copera se convertía en un encuentro en que los granas tenían todas las de perder, quedando así apeados de en la primera eliminatoria que disputaban. Pero esta edición, la 2013/14 fue diferente, la suerte en la lotería de la tanda de penaltis estuvo de cara: en la primera ronda fue el Alcoyano quien visitó el feudo grana y se marchó eliminado a tierras alcoyanas (1-1 en la prórroga y 4-2 en la tanda de penaltis). Una semana más tarde, coincidiendo con la Diada de Catalunya, otro de los grandes de la Segunda B como el Albacete visitaba el Nou Estadi para ofrecer un partido con regusto a Segunda A. Como la anterior eliminatoria terminó con empate a uno, en este caso en el tiempo reglamentario, la prórroga fue inútil y los catalanes se impsuieron 4-1 desde los once metros.
El 2014 con mirada positiva
Raro
sería el equipo, jugador o aficionado que comience -o al menos
quiera- arrancar el nuevo año y con él la segunda ronda del
campeonato liguero con optimismo
y esperanzas de mejora,
pero además, el equipo de Tarragona comienza a dar señales para que
estos deseos que recorren la mente de los nastikeros se
puedan cumplir. A la buena dinámica que lleva el conjunto desde la
llegada de Vicente Moreno -ya hemos explicado que sigue invicto en lo
que a competición liguera se refiere-, se le debe sumar el hecho de
que el equipo grana acostumbra a hacer en los últimos años mejores
segundas vueltas que no primeras. Ejemplo de ello son la de la
temporada pasada cuando estos se quedaron a las puertas de los
playoffs o las
campañas 09/10 y 10/11 cuando consiguieron la permanencia en Segunda
A en la penúltima jornada.
Además
hay que recordar que el Club Gimnàstic de Tarragona cumplió 125
años de historia en el 2011, pero será en el 2014 cuando la
sección de fútbol cumplirá 100 años -creada
en el 1914-. Unos desde la distancia enganchados al transistor y
otros presentes en el Camp d'Esports de Lleida, pensarán en la
víspera del Día de Reyes, “¿qué
mejor manera de celebrar el centenario que con un ascenso?”.
¿Qué expectativas tienes para el próximo año? Ya puedes votar en la nueva encuesta del Blog del Nàstic (lateral izquierdo de la pantalla).
Fotografías: Gimnàstic de Tarragona.
¿Qué expectativas tienes para el próximo año? Ya puedes votar en la nueva encuesta del Blog del Nàstic (lateral izquierdo de la pantalla).
Fotografías: Gimnàstic de Tarragona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario